domingo, 8 de agosto de 2010

LAS VIAS DEL APRENDIZAJE




Cuando hablamos del proceso cerebral que nos permite aprender, es natural que nos llegue a nuestra mente la pregunta ¿cuales son las vías que hacen posible la conexión del mundo, de todo lo creado, con el aparato mental? y que este proceso nos permita identificarnos con todo lo que nos rodea, e incluso permitan que se establezcan principios psicológicos que proponen que las cosas no son como son, sino que son como somos nosotros. Todos los procesos mentales que nos permiten aprender requieren del establecimiento del delicado funcionamiento de los órganos sensoriales y de sus terminaciones nerviosas, que se encuentran en todas las partes de nuestro cuerpo y son capaces de generar impulsos nerviosos en los receptores, que son transductores biológicos que convierten los estímulos físicos, químicos o eléctricos en un potencial de acción.
Conducción de los estímulos.

Los eventos eléctricos son conducidos mediante una vía aferente o sensorial a la médula espinal, donde se integran y eventualmente tienen la posibilidad de generar una respuesta rápida, inconciente y refleja que establece aprendizajes primarios, que son los responsables de la conservación de la individualidad y de la especie.

Tipos de vías nerviosas.
Los estímulos llegan a la médula espinal mediante dos tipos diferentes de sistemas o fibras nerviosas. Uno formado por fibras nerviosas mielinizadas, que tienen un diámetro de 2 a 5 micras que tienen la característica de conducir el estímulo nervioso a una velocidad de 12 a 30 metros por segundo; el otro sistema lo forman fibras nerviosas no mielinizadas con un diámetro de 0.4 a 1.2 micras, estas fibras conducen a una velocidad de 0.5 a 2 metros por segundo. Estos dos tipos de vías o fibras nerviosas, unas lentas e intensas y otras rápidas y leves, es posible que sean el sustrato biológico de las maneras rápidas y lentas que tienen los seres vivos para aprender una tarea determinada y que el transmisor químico que comunica a una neurona con otra, también llamado transmisor sináptico, que se secreta en las fibras aferentes primaria y que sirve para la conducción de la experiencia rápida o lenta, sea diferente. De ser cierta la propuesta de que los seres vivos aprenden para evitar particularmente el dolor y obtener placer, nos permitiría proponer la posibilidad de que el glutamato fuera el neurotransmisor en los aprendizajes leves y rápidos y la sustancia P en aprendizajes lentos e intensos.
“La compuerta”
Las uniones sinápticas de las vías sensoriales y el hasta dorsal de la médula espinal a donde llegan estas vías, son sitios que presentan una gran plasticidad, es decir, tienen una posibilidad enorme de adaptarse y de ir agregando información a sus programas. A esta parte de la médula espinal se le ha denominado “la compuerta” y es donde los impulsos nerviosos se filtran, se integran, y se modifican si fuera necesario, mediante mecanismos de excitación o inhibición presináptica en las terminaciones de los diferentes nervios aferentes primarios, que transmiten los impulsos sensoriales del proceso de aprendizaje. Algunos de los axones, que son las partes motoras, salen de “la compuerta” y terminan en otras partes de la propia médula espinal y en el tallo cerebral, mientras que otras ascienden por vías localizadas en la parte posterolateral de la médula y se proyectan hacia los núcleos posteroventrales del tálamo, que son núcleos sensoriales específicos de relevo y de aquí los estímulos más significativos se dirigen a la corteza cerebral para completar el proceso senso-perceptual, que permite a los individuos tener conciencia de lo que ocurre en su entorno y aprender de ello.

Aprendizaje emocional
La vía órgano sensorial, médula-talámica es el sustrato nervioso que permite explicar la importancia de las emociones en el aprendizaje, este tipo de aprendizaje, que se ha puesto de moda, en tiempos recientes y postula que la mejor manera de aprender es compartiendo y generando emociones que construyan mapas mentales. Los programas del aprendizaje tienen características que destacan sobre otros procesos sensoriales, ya que generan efectos agradables de gran relevancia.
El aprendizaje y la actividad cerebral.
En experimentos realizados para estudiar el efecto que tiene el aprendizaje en si mismo sobre la actividad neuronal, se encontró que cuando aprendemos se activan la corteza medio frontal, donde radican las funciones de la conciencia y del raciocinio, el lóbulo de la ínsula que tiene funciones vegetativas y el cerebelo, donde se integran las funciones motoras. Esto quiere decir que cuando aprendemos nos vamos transformando en individuos con nuevos programas y capacidades mentales nuevas y con un nuevo programa motor para ejecutarlas. Otras muchas fibras nerviosas que se activan con el aprendizaje terminan en el sistema reticular, el cual se proyecta en los núcleos de la línea media y núcleos intralaminares del tálamo que tienen como función principal, integrar información inespecífica y de aquí a las diferentes partes de la corteza del cerebro. De esta manera es posible escanear los objetos y analizarlos desde un punto de vista general, como un todo y en sus particularidades y que se establezca la correlación conciente de lo aprendido, es importante mencionar que sólo aquellos estímulos sensoriales que llegan al cerebro tienen la capacidad de general esta característica. Otros axones se proyectan hacia el hipotálamo y algunas terminan en la sustancia gris periacueductal del mesencéfalo donde se lleva a cabo la integración parasimpático-hormonal y la coordinación de los órganos sensoriales visuales, y auditivos que son determinantes para el buen aprendizaje y que permiten a los individuos tener preferencia auditivas o visuales para aprender.
Aprendizaje rápido y lento.
La existencia de dos vías involucradas en el proceso de aprendizaje, como mencionamos anteriormente, una lenta y otra rápida, explica las observaciones fisiológicas de que hay en términos generales dos tipos de aprendizajes: uno que permite comprender rápidamente los fenómenos, generando una sensación intensa, difusa y una exquisita y agradable sensación, es el aprendizaje de mayor contenido hedonista y el otro de establecimiento lento que causa incertidumbre y sensaciones desagradables que generan ansiedad por ser menos intensos y difusos. Otra circunstancia de mucha importancia es la distancia existente entre la experiencia mental y el estímulo de aprendizaje, entre más lejos estén estos fenómenos mayor será la separación temporal de los componentes de la entidad que deseamos comprender.
FUENTE DE REFERENCIA
DR ENRIQUE C MARTINEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario