lunes, 2 de agosto de 2010

LA FUENTE DE NUESTRO CONOCIMIENTO LAS CELULAS GLIALES



La fuente de infelicidad radica en la ignorancia, el conocimiento te hace libre".
Yogattva Upanishad

Los hombres deben saber que es del encéfalo, y solo del encéfalo, donde surgen nuestros placeres,alegrías,risas y bromas,asi como nuestras penas ,dolores, tristezas y lagrimas.
Atribuido a Hipocrates,siglo V a C.-


Andrew Koob propone una teoría neurológica contra la preponderancia de la neurona. Las células gliales, que constituyen la gran mayoría de las células del cerebro, serían mucho más importantes de lo que hasta ahora se suponía—y que tendrían un papel especialmente destacado en la creatividad. La teoría de que las células gliales eran una especie de "argamasa aislante “o pegamento para las neuronas, sin funciones neurológicas avanzadas, fue desarrollada por Pedro Ramón y Cajal y fue adoptada por su hermano Santiago "Nobel" Ramón y Cajal como uno de los elementos centrales de su teoría neurológica. Fue la conjunción del desarrollo de la tecnología eléctrica y la conductividad de las neuronas la que atrajo la atención sobre este tipo de células
Cerca del 90% del cerebro está compuesto por células gliales, no neuronas. Estas células ignoradas durante mucho tiempo podrían en las que se originan la imaginación.
Koob recibió su Doctorado en Neurociencias de la Universidad de Purdue en el año 2005, y ha participado de investigaciones en el Darmouth College, en la Universidad de California de San Diego y en la Universidad de Múnich, Alemania. También es el autor del libro “La Raíz del Pensamiento” que explora el funcionamiento y propósito de las células gliales, la célula más abundante del cerebro. El editor de la Revista Mind Matters, Jonah Lehrer chatea con Koob acerca por qué las células gliales fueron desplazadas por años y cómo nuevos experimentos con ellas han iluminado algunos de los aspectos más misteriosos del cerebro.
Este neurocientifico dice: “Originalmente, los científicos no pensaban que no hacían nada (las células gliales). Hasta los últimos 20 años, los científicos de la mente creían que las neuronas se comunicaban unas con otras, representando nuestros pensamientos y que las gliales eran una especie de pegamento que mantenía todo junto. Eran consideradas como simples aisladoras para la comunicación neuronal. Hay algunas variedades de células gliales, pero recientemente los científicos se han comenzado a enfocar en un tipo particular de células gliales llamadas “astrocitos”, que son muy abundantes en la corteza cerebral. Es interesante que a mayor escala evolutiva, los astrocitos en la corteza cerebral crecen en tamaño y cantidad, donde los humanos tenemos las más grandes y en las mayores cantidades. Los científicos también han descubierto que los astrocitos se comunican entre ellos en la corteza y que también son capaces de enviarle información a las neuronas. Finalmente, los astrocitos también son las células madres adultas en el cerebro y controlan el flujo sanguíneo a las áreas de éste en actividad. Por todas estas importantes propiedades y desde que se cree que la corteza es la responsable de las facultades mentales superiores, es que los científicos han comenzado a pensar que los astrocitos deben contribuir en el pensamiento.”
A finales del siglo 18 los científicos descubrieron las propiedades eléctricas de las neuronas en el médula espinal de las ranas. Las neuronas tienen largos haces nerviosos llamados “axones” que se extienden desde el cuerpo celular en el cerebro hasta la espina dorsal y desde la espina hasta las extremidades y el cuerpo. De modo similar, las neuronas de los sentidos estaban vinculadas con las neuronas del cerebro. Aquí es donde nació la idea que las neuronas son la base de nuestros pensamientos. A mediados del siglo 19, las células gliales recién se estaban descubriendo y los investigadores pensaban que ellas simplemente sujetaban las neuronas (glía significa pegamento en griego). Lo que yo encuentro incluso chistoso es que los científicos se tropezaran con unas células muy numerosas en el cerebro, un órgano responsable de nuestros pensamientos y nuestra personalidad, pero estaban tan enfocados en las neuronas que concluyeron que estas células gliales eran inútiles. En los últimos años del siglo 19 se desarrolló un método de tinción para ver más efectivamente las neuronas en el cerebro. Un brillante investigador español, Santiago Ramón y Cajal, se tomó a sí mismo como sujeto de estudio respecto a las neuronas en el cerebro. Confeccionó meticulosamente un mapa o esquema de cómo procesaban la información y se conectaban, que derivó en “La doctrina neuronal”. (La doctrina neuronal es la creencia que las neuronas son las responsables del pensamiento). De todos modos, Cajal parecía no estar muy convencido respecto a las células gliales. Eran muy numerosas y hasta colgaban por toda la corteza cerebral. Mientras tanto su hermano Pedro, que también era científico, desarrolló la teoría que las gliales eran células de soporte que aislaban las propiedades eléctricas de las neuronas. Cajal decidió respaldar la teoría de su hermano. Y desde 1906, año en que ganó el Premio Nobel, este ha sido el dogma.
Recien en la época del 60 comenzaron los experimentos . Todo lo que los investigadores sabían e que si ponían neuronas en una placa de petri, tenían que tener células gliales o si no las neuronas se morían. Entonces Stephen W. Kuffler de la Universidad de Harvard por razones aún desconocidas, decidió probar la aceptada teoría de Pedro respecto al aislamiento de las glías. Esto fue más o menos al mismo tiempo que se descubrió que cerca del 90% de las células del cerebro eran glías (y que es el motivo por el cual nace la idea que usamos sólo el 10% de las neuronas de nuestro cerebro). Kuffler y sus colegas encontraron que los astrocitos tenían un potencial eléctrico, muy parecido al de las neuronas. También descubrieron en la rana y en la sanguijuela que los astrocitos eran influenciados por el intercambio iónico neuronal, un proceso por largo tiempo considerado como la componente química del pensamiento. Desde entonces numerosos investigadores han realizado experimentos en relación a la habilidad de comunicación de las gliales con las neuronas, incluyendo los años 80 y los 90 cuando se descubrió que las células gliales responden a y liberan procesos de “neuro” transmisores.
Sabemos que los astrocitos monitorean las neuronas para obtener información. Del mismo modo, pueden inducir a las neuronas a destruirse. Entonces, los astrocitos moldean la conducta de las neuronas. Esto podría significar que las ondas de calcio en los astrocitos son nuestra mente pensante. La actividad neuronal sin la presencia de procesos gliales son simples reflejos, cualquier otra actividad más compleja requiere de procesamiento de los astrocitos. El hecho que los humanos tengamos la mayor cantidad y los más grandes astrocitos entre todo el reino animal, y que somos capaces de crear e imaginar, también otorga credibilidad a esta especulación.
En conclusión:
Después de 20 años de especulaciones y de investigaciones científicas hoy estamos frente al conocimiento de la evolución de nuestro cerebro, su configuración, su citoarquitectura, su expresión unificadora en lo que llamamos MENTE.
POR LAURA CEJAS
Fuentes de referencia
Andrew Koob: “What do glial cells do?”Revista Scientific American
Seccion: Mind and Brain
Psicologa: Marcela T. Rojas-

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