"EL PODER DE LO QUE ESPERAMOS DE LA OTRA PERSONA ES TAN GRANDE,QUE POR SI MISMO,PUEDE CONDICIONAR SU COMPORTAMIENTO,LA IDEA QUE TENGO ACERCA DE LAS POSIBILIDADES QUE TIENE LA OTRA PERSONA DE APRENDER SE COMUNICA A ESTA INCLUSO SI NO LA EXPRESO EN PALABRAS" EFECTO PIGMALION
martes, 21 de diciembre de 2010
jueves, 25 de noviembre de 2010
sábado, 20 de noviembre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
miércoles, 25 de agosto de 2010
martes, 24 de agosto de 2010
LAS NEURONAS SE REGENERAN
Las neuronas adultas también se regeneran
El cerebro no se desgasta, sino que se fortalece con la actividad neuronal
Usando una nueva tecnología que permite obtener imágenes en tres dimensiones y en tiempo real de la actividad cerebral de ratones vivos, investigadores del MIT han conseguido la primera reconstrucción completa de neuronas en la corteza adulta. Esta reconstrucción ha descubierto que las neuronas son capaces de crecer en un cerebro adulto, lo que tira por tierra la creencia establecida hasta ahora de que, una vez alcanzada su madurez, las neuronas no vuelven a desarrollarse. El descubrimiento abre nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer, al mismo tiempo que aumenta las expectativas de la longevidad porque, cuanto más usemos nuestro cerebro, más robusto será y más capacidad de cambio y adpatación tendrá.
Investigadores del Picower Institute for Learning and Memory del MIT (el Instituto Tecnológico de Massachussets) han descubierto que las neuronas son capaces de crecer en un cerebro adulto, lo que permitirá la sustitución de neuronas dañadas y abre nuevas expectativas para la curación de enfermedades como el Parkinson, las parálisis y el Mal de Alzhehimer, según un artículo publica la revista Public Library of Science
Hasta ahora se creía que las neuronas, una vez alcanzada su madurez, no volvían a desarrollarse. Sin embargo, esta investigación ha determinado que las neuronas de un cerebro adulto siguen remodelándose y creciendo durante toda la vida, lo que según sus descubridores permitirá explorar los mecanismos de este crecimiento permanente y aprender a estimularlo y guiarlo con fines médicos. También se ha comprobado que cuanto más se usan las neuronas, más crecen las dendritas afectadas.
La neurología ha trabajado hasta ahora en la regeneración de los axones dañados de una neurona para combatir determinadas enfermedades cerebrales. Sin embargo, el nuevo descubrimiento permitirá otro tipo de terapia: hacer crecer otra parte de la neurona, las dentritas, que son una prolongación ramificada de la célula nerviosa y las responsables directas de la actividad cerebral.
La dendrita sirve como receptor de los impulsos nerviosos provenientes de los axones de otras neuronas, y es fundamental en la correcta transmisión de los impulsos eléctricos a las células del cuerpo. Su nombre proviene del griego, y significa “árbol”.
Tal como explica al respecto un comunicado del MIT, lo que han descubierto estos investigadores es que existe crecimiento dendrítico a gran escala en el cerebro adulto, un proceso que si llegara a ser bien conocido puede ser aprovechado por la ciencia médica tanto para el tratamiento de determinadas enfermedades como para la prolongación intencionada de la actividad cerebral, un factor clave de la longevidad.
Imágenes por dos fotones
Los investigadores emplearon un método de recopilación de imágenes conocido como imagen por dos fotones, una tecnología bien explicada en el trabajo Síntesis de imágenes en imagen médica, de los profesores M. Carmen Juan Lizandra, Carlos Monserrat Aranda y José Hernández Orallo, de la Universidad Politécnica de Valencia.
El sistema de imagen por dos fotones es similar al de las imágenes de resonancia magnética, pero con una resolución mucho mayor, capaz de registrar el nivel celular. Gracias a esta tecnología, los investigadores grabaron durante varias semanas a grupos de neuronas específicas situadas en las capas superficiales de la corteza visual del cerebro de una serie de ratones vivos.
A diferencia de otros estudios, centrados en las neuronas piramidales que hacen posible la actividad cerebral, este análisis comprendió todo tipo de neuronas, incluidas las interneuronas, que unen a dos o más neuronas y que son responsables de la modificación, coordinación, integración, facilitación e inhibición que deben darse entre la percepción de la información sensorial y la consecuente salida o respuesta motora.
El sistema de grabación por dos fotones magnética permitió crear imágenes tridimensionales con las que se reconstruyeron las neuronas enteras de la corteza de un cerebro adulto. Las ramas de las dendritas fueron medidas durante semanas para evaluar los cambios que se producían en ellas. El resultado fue la primera reconstrucción completa en tres dimensiones de neuronas en la corteza adulta.
En las imágenes en 3D, las células del cerebro parecían plantas que crecieran todas juntas. Las dendritas más finas eran las que más crecían a lo largo. Otras extremidades se extendían o se contraían al entrar en contacto con las de otras células. Se registraron modificaciones estructurales en el 14% de las neuronas. Algunas no cambiaron durante semanas, y luego lo hicieron de golpe, repentinamente. El aumento de las dendritas osciló entre los siete y los 90 micrómetros (un micrómetro es la millonésima parte de un metro).
Revolución neurológica
La escala de estos cambios es mucho menor que la que sucede en los periodos del crecimiento del individuo, pero su importancia es de tal magnitud que, según los investigadores, estos resultados deberían cambiar la forma de investigación en este terreno.
Hasta ahora, la comunidad neurocientífica ha creído que la plasticidad limitada del cerebro adulto no implicaba ninguna remodelación estructural. Sin embargo, la remodelación se produce claramente en el caso de las interneuronas inhibidoras menos conocidas y accesibles del cerebro de los ratones adultos.
Las interneuronas inhibidoras actúan como interruptores locales atenuantes, cerrando la actividad de las células cercanas del cerebro. Evitan por ejemplo que el cerebro capte y reaccione ante cada visión o sonido que encuentra y lo protegen también contra la excitación descontrolada (caso de la epilepsia).
Los investigadores del MIT consideran que es posible que sea en esa red de células inhibidoras donde el cerebro tenga más capacidad de producir grandes cambios. La investigadora a cargo del estudio, Elly Nedivi, señala incluso que cuanto más usemos nuestro cerebro, más robusto será y más capacidad de cambio tendrá, tanto en el caso de los ratones como seguramente también en el de los humanos.
Que las neuronas puedan crecer y modificarse en la edad adulta implica que algún día será posible reemplazar neuronas dañadas por lesiones en la espina dorsal, capaces de dejar a una persona completamente inmovilizada. Lo que habría que investigar es cómo puede provocarse el proceso y en qué condiciones puede desarrollarse.
Nueva visión
Los investigadores observaron un crecimiento relativamente notable en las dendritas, lo que hace pensar que quizá pueda aprovecharse y acentuarse dicho crecimiento para mejorar hasta cierto punto el estado de los pacientes afectados por una lesión medular.
Como conclusiones generales de esta investigación puede establecerse que el aumento de las dendritas está relacionado con el número de neuronas que se utilizan: cuantas más se usen, mayor es el crecimiento de esta parte de las células nerviosas.
Por otro lado, esta investigación ha podido establecer asimismo que las neuronas adultas pueden seguir creciendo y que el conocimiento de este mecanismo tendrá gran significado no sólo para el tratamiento de determinadas enfermedades, sino también para el alargamiento de la vida (longevidad).
FUENTE DE REFERENCIA
Yaiza Martínez
lunes, 9 de agosto de 2010
EL LENGUAJE SECRETO DE LOS NIÑOS
Pocas personas discutirán que la comunicación abierta entre un padre y su hijo es uno de los ingredientes más importantes para crear un clima de calor e intimidad. Cuando los niños sienten que son comprendidos y que confiadamente son guiados por el afecto de sus padres, maestros, y otros adultos; desarrollan un sentido de seguridad y confianza en sí mismos que forman la base para el desarrollo de su autoestima. En un mundo cuya complejidad y stress aumentan constantemente, los psicólogos han empezado a reconocer que cuando los adultos encuentran una manera eficaz de comunicarse con los niños, a edades tempranas, estos se vuelven personas equilibradas y probablemente, sean menos propensos a sufrir la inmensa variedad de trastornos emocionales y de relación que afectan a tantos adultos.
Quizás la razón más poderosa para que los adultos aprendan el lenguaje secreto de los niños es descubrir señales tempranas de problemas emocionales o conductuales. La mayoría de los problemas psicológicos pueden prevenirse o disminuirse significativamente si son atendidos en su fase formativa, incluso antes de que los síntomas aparezcan. Muchos libros se han enfocado en describir los síntomas de determinados problemas psicológicos, pero como veremos, aún los neófitos pueden aprender a reconocer señales de conflicto y/o sufrimiento mucho tiempo antes de que los síntomas aparezcan, si entienden la comunicación no verbal de los pequeños, su arte, su historia, y su obra.
El lenguaje secreto del juego.
Debido a que el juego es una de las partes más importantes en el desarrollo emocional de un niño, es el medio primario a través del cual los orientadores infantiles y otros profesionales de la salud mental tratan los problemas emocionales y conductuales de los niños por debajo de los doce años. A través del juego los orientadores infantiles pueden enseñar elementos de autodominio a niños con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (ADHD); o enseñar a niños deprimidos a encontrar en la vida, un gozo renovado. Mediante el juego, los orientadores pueden enseñar a niños ansiosos y temerosos a superar sus miedos y esforzarse frente a los desafíos que encierran las nuevas situaciones y las personas. Los orientadores pueden usar el juego para enfrentar cualquier trastorno emocional o conductual, pero el secreto del uso de este, es ayudar a los niños en sus problemas emocionales, y no está limitado específicamente al entorno de la salud mental del niño.
Una gran variedad de programas, algunos con mas de cuatro décadas de existencia, han demostrado que tanto los padres como los adultos no especializados en estos temas, pueden ser tan eficaces como el personal especializado a la hora de ayudar a los niños a través del juego. Uno de estos programas, diseñado por los Doctores Bernard y Louise Guerney de la Universidad Estatal de Pennsylvania, le enseña a los padres cómo usar la terapia de juego para ayudar a niños con una gran variedad de problemas comunes. Los padres, a su vez, comparten su progreso con otros padres en las reuniones de grupo, mirando vídeos de sus sesiones de juego, propiciando comentarios de cómo pueden mejorar la calidad de sus juegos. La investigación de los Guerneys sugiere que unos padres bien entrenados son igual de eficaces que un terapeuta profesional a la hora de ayudar a sus hijos a través del juego.
En mis propias experiencias prácticas, uso frecuentemente la disposición como elemento para enseñarles a los padres mejores formas de relacionarse con sus niños. Por ejemplo, cuando los padres se quejan de que su niño no coopera, yo les explico que algunos niños parecen ser naturalmente cooperativos, pero otros pueden tener un temperamento que los hace más voluntariosos y tercos. Pero todos los niños pueden aprender a ser más cooperativos a través del juego. Las habilidades emocionales y conductuales, tales como la cooperación, el autocontrol, la empatía, la comunicación emocional, o incluso simplemente ser cortés, se enseña a través de juegos que pueden ser simples y divertidos.
A lo largo de mi carrera, me he concentrado en el uso de juegos para enseñar a los niños importantes habilidades emocionales y conductuales. Un ejemplo de este tipo de juego es “El Juego del Robot Cooperativo”. Lo usé con Brian y su familia, cuando me lo trajeron por su conducta poco dócil y desafiante.
Para jugar el juego del Robot Cooperativo le pedí a Brian que se colocará de pie entre sus dos padres y le sostuviera sus manos. Le expliqué a la familia: "En este juego ustedes tienen que funcionar como una sola unidad, -un robot cooperativo. Brian, tú estas en el medio, por lo que serás el “cerebro”. Mamá y Papá, ustedes están por fuera, y solo tienen libre una mano para ser usada. Bien, Robot (hablando ahora con la unidad familiar), yo quiero que usted se haga un “bocadillo de mantequilla de cacahuate”. Y yo les di un frasco de mantequilla de cacahuate, un cuchillo, y dos pedazos de pan.
Hacer un bocadillo de mantequilla de cacahuate no es tan fácil como parece cuando se hace por tres personas a la vez, que están sosteniendo sus manos. Pero el objetivo del juego es aprender a cooperar sin disputar o culpar, y divertirse al mismo tiempo. Y ello no es difícil en absoluto. En este juego, como todo juego cooperativo, o usted trabaja de conjunto o usted pierde. La familia de Brian, como con otras familias que han jugado este juego, rieron y se divirtieron a lo largo de la tarea, y finalmente tuvieron éxito haciendo el bocadillo.
Este fue simplemente el primer paso para ayudar a Brian y a su familia. Los juegos, por su naturaleza, se disfrutan más, mientras más se jueguen, que es exactamente la causa del porqué el juego es adecuado para el aprendizaje emocional. Le apunté tres nuevas tareas al Robot Cooperativo (Brian y sus padres), tareas que debían realizar en la siguiente semana.
Cualquier tipo de juego puede ser útil para animar el desarrollo emocional y conductual de un niño. Todo lo que necesitan hacer los adultos es ver en cada juego un "momento para el aprendizaje." Considere la siguiente lista de habilidades importantes que pueden enseñarse en un simple juego entre un adulto y uno o más niños.
Cómo invitar a otro niño a jugar.
Cómo esperar turnos
Cómo seguir las reglas del juego.
Cómo ser un ganador cortés.
Cómo ser un buen perdedor.
Cómo compartir juguetes y otras cosas de juego
Cómo comportarse para recibir el refuerzo positivo de sus compañeros.
Cómo ser flexible a las propias necesidades.
Cómo evaluar los éxitos y fracasos sociales de uno.
Cómo leer las señales no verbales de los otros.
Los juegos pueden usarse para enseñar las habilidades de las que carecen los niños.
Como psicólogo de niños, frecuentemente prescribo juegos que ayudan a niños con problemas psicológicos específicos, ya sean para jugar en la casa o en el aula. Un buen ejemplo lo constituye el Juego de la “Pelota de los Sentimientos” que es una manera segura de lograr que los niños (o los adultos) hablen sobre sus sentimientos. He aquí la forma de jugar.
El Juego de la Pelota de los Sentimientos
El objetivo del Juego: Conseguir en los niños el hábito de hablar sobre sus diferentes sentimientos.
Edades: 4+
Número de Jugadores: 2-10
Preparación del juego: Usted necesitará una pelota playera y un marcador de tinta permanente. Infle la pelota y marque con el marcador alrededor de la pelota, los distintos sentimientos, tales como feliz, triste, enfadado, asustado, y así sucesivamente. Escoja sentimientos que son apropiados al nivel de la edad del niño. Si la pelota es grande, usted puede repetir los sentimientos tres o cuatro veces, hasta llenar el espacio.
Las Reglas:
Primeramente el adulto ejemplificará como se juega este juego. Para ello lanzará la pelota al aire, y la atrapará con ambas manos. Observe qué “sentimiento" está más cerca de su dedo pulgar derecho. Luego comente aproximadamente sobre la última vez que usted sintió ese sentimiento. Entonces tire la pelota a la persona que está a su derecha que debe hacer la misma cosa. No haga ningún comentario sobre lo que otra persona tiene que decir, sólo escuche. Continúe hasta que cada jugador haya tenido al menos dos oportunidades.
El lenguaje secreto de los cuentos y sueños
Los cuentos tienen una influencia mayor en la conducta y el desarrollo emocional de un niño, que lo que la mayoría de las personas piensa. Los cuentos ayudan a formar la vida emocional de los niños. Le enseñan los valores, proporcionan ejemplos de cómo los niños pueden tratar con diferentes problemas comunes. Los cuentos les ofrecen el vocabulario que ellos necesitan para resolver problemas complejos. Ellos abren un mundo de posibilidades y fomentan un sentido de propósito y esperanza.
Mientras que existe una gran de libros de cuentos que se escriben para enseñar los valores en los niños, o que cubren sus habilidades, siempre he creído que los cuentos que un adulto le puede hacer a un niño son mucho más eficaces que cualquier libro que pueda ser comprado. Yo llamo a estos cuentos de modelos positivos (positive modeling stories) porque ellos "modelan" diferentes alternativas para lidiar con los problemas comunes que enfrentan los niños.
Un cuento de modelo positivo es una receta de éxito seguro; les dice a los niños cómo comportarse para ganar afecto y elogios. En un cuento de este tipo no hay ninguna amenaza, ninguna advertencia, y ninguna mención a algún tipo de mal comportamiento. Las premisas más simples para decir que un cuento es de modelo positivo son:
1. Escoja a un "héroe" para el cuento que tiene los mismos problemas que un niño.
2. Cree un problema que el héroe de la historia tenga que resolver.
3. Cree una solución para ese problema que refleje exactamente cómo usted quiere que el niño piense o se comporte.
4. Cree un final positivo y realista.
El Juego del Cuento es un juego simple y divertido dirigido a niños de cinco a doce años de edad qué le ayudará a crear cuentos de modelo positivo. Ellos penetran en la imaginación natural de los pequeños, y los premian por sus esfuerzos creativos. ¡Pero lo mejor de todo, es que son divertidos, porque usted está jugando, también! A los pequeños les encanta jugar, luego, disfrute cualquier oportunidad para hacer esto. El hecho de que el juego sea útil también para los niños, es sin duda un valor agregado extraordinario.
Solo le tomará unos minutos para hacer el Juego de los Cuentos. Para ello necesitará una pila de tarjetas en blanco; aproximadamente cien centavos o fichas de póquer; tres cajas de zapato (u otras cajas pequeñas); y algunos juguetes pequeños, caramelos, o golosinas que se usarán como premio.
Para empezar, tome de la pila veinte tarjetas y escriba en cada una de ellas: "Comienza un cuento sobre:”
1. Alguien que está triste porque no tenía ningún amigo
2. Alguien que le gusta leer
3. Un animal que está perdido
4. Un viaje a un parque de diversiones
5. Un hombre o mujer que son despedidos de su trabajo
6. Buscar un tesoro perdido
7. Un circo que se daña por un tornado
8. Un súper héroe
9. Una familia que necesita dinero
10. Un niño que gana un concurso
11. Un niño que tiene miedo
12. Un niño que ama los animales
13. Un niño que ve a sus padres peleando
14. Un grupo de niños que van de campismo
15. Un niño que es mortificado en la escuela por ser diferente
16. Un niño que es un gran atleta
17. Un niño con que se muda un nuevo pueblo con su familia y tiene que ir a una nueva escuela
18. Un niño que empieza su propio negocio y gana mucho dinero
19. Alguien que pierde algo importante
20. Un niño que se hace un gran músico
Ahora, tome las tres cajas pequeñas y llene la primera con las fichas (o peniques). Llene la próxima caja con las tarjetas que usted ha confeccionado y mezclelas bien. Llene la tercera caja con algunos premios pequeños, como las golosinas y los pequeños juguetes. Ahora está listo para jugar.
Dígale al niño: "Permíteme enseñarte un juego nuevo. Se llama el Juego de los Cuentos tú y yo vamos a contarnos cuentos el uno al otro. Tú serás el primero, porque eres el más joven.
"Quiero que metas la mano en la Caja de los cuentos y saques una tarjeta. Ella te dirá qué tipo de cuentos debes hacer. Te ayudará a empezar el cuento, pero debes terminarlo tú sólo.
"Cuando cuentes el cuento te ganarás 2 fichas. Luego quiero que me hables sobre el significado de tu cuento, o sea, su enseñanza o moraleja. ¡Cuando seas capaz de deducir una moraleja o lección para tu cuento, entonces ganarás otra ficha!
"Después me tocará a mí. Yo escogeré una tarjeta, contaré una historia, y pensaré en una moraleja, también. Cuando uno de los dos consiga nueve fichas, tendrá derecho a cerrar sus ojos y escoger un premio en la Caja de la Sorpresa! "
Yo le recomiendo que apunte las historias o las grabe si quiere volverse un experto del lenguaje secreto de los cuentos, pero no es indispensable para serlo.
Ahora usted está listo para jugar. Usted y el niño deben alternarse contándose historias, aprendiendo sus moralejas y lecciones. Este juego estimulará la creatividad del niño y el desarrollo del idioma, y si usted es como la mayoría de las familias, encontrará que este juego es una actividad agradable y desafiante. Más importante aún, abrirá una ventana en el funcionamiento interno de la mente del niño.
Interpretando los cuentos de un niño
La parte más importante de cualquier historia es la persona que está narrándola. Cuando un niño cuenta una historia espontánea, él no sólo la está deduciendo de sus propias experiencias, sino de sus propios valores, deseos, preocupaciones, y necesidades. Los psicólogos llaman a este proceso "proyección", porque el niño está proyectando fuera su ego interno para que sea visto por el mundo externo.
Hay tres preguntas importantes que se hará al intentar entender lo que un cuento de un niño revela sobre su vida emocional. Estas son:
1. ¿Cuál es la actitud del "héroe" en la historia?
2. ¿Cómo son resueltos los problemas?
3. ¿El cuento qué valores representa?
El Niño es el Héroe de su propio cuento
Los psicólogos asumen que cuando un niño relata una historia de manera espontánea, el héroe o carácter principal de la misma representa al propio niño. Esta asunción se apoya por la notable consistencia que observamos cuando un niño relaciona una serie de historias. Por ejemplo, Joel, de siete años, escogió una tarjeta que decía, "Cuente una historia sobre un animal en el parque zoológico." Él contó una historia sobre un tigre que se escapo de su jaula y se comió a todas las personas en el parque zoológico. Entonces escogió una tarjeta que decía, "Cuente una historia sobre una tormenta." Él contó una historia sobre un nubarrón que le caía atrás a las personas que estaban en un picnic para mojarlas. Cuando escogió una tarjeta que decía, “Cuente una historia sobre un niño que estaba perdido", él contó una historia sobre una muchacha que no tenía ningún amigo porque todos los niños que ella conocía eran "tontos y malos." Cuando se le preguntó que hizo la muchacha cuando la trataron mal, Joel contestó, "Ella llamó a los padres de sus amigos y se lo dijo."
Revisando los temas de los cuentos de Joel, no se necesita ser un doctor en ciencias para darse cuenta que es un pequeño muy enfadado y quiere vengarse de las personas por los daños que percibe. Cada uno de sus tres cuentos tiene el mismo tema. En cada historia que Joel cuenta, el "héroe" está enfadado y es vengativo. Y lo que para nosotros puede ser tan obvio para Joel no lo es. Cuando se le preguntó que si la muchacha de su último cuento le recordaba a alguien en especial, Joel contestó: "No, yo no conozco a ninguna muchacha como la del cuento." Su nivel de pensamiento no le permite recapacitar sobre sus historias y ver que ellas realmente giran entorno a sus propios sentimientos. Sus sentimientos son un secreto para él.
Ahora, cuando usted escuche el significado secreto del cuento de un niño, fíjese como es el personaje principal de su historia:
• ¿Es determinado?
• ¿Posee rasgos de personalidad positivos (amistoso, útil, amable)?
• ¿Son positivos sus sentimientos predominantemente?
• ¿Es capaz de manejar los sentimientos negativos apropiadamente?
• ¿Posee metas realistas?
¿Cómo El Niño Resuelve los Problemas?
Ahora, quiero que usted considere cómo el héroe en las historias de un niño resuelve los problemas. Habrá notado que la mitad de las tarjetas del Juego de los Cuentos describen situaciones divertidas y positivas, mientras la otra mitad de las tarjetas describen los problemas. Note cómo el niño construye sus historias a partir de una orientación positiva o negativa. Los niños con una actitud negativa reflejarán típicamente cosas malas, incluso cuando el pie para el cuento describe un asunto positivo. En cambio los niños con una actitud positiva hacia ellos y su mundo, dirigirán las situaciones negativas como problemas que deben ser resueltos. El pie para empezar un cuento negativo tendrá un final positivo.
Usted también debe escuchar la manera en que un niño resuelve los problemas en sus cuentos. Los niños pequeños constantemente oyen historias dónde los problemas se resuelven principalmente a través del uso de la magia, y tan naturalmente, que ese es el tipo de historia que más ellos hacen. El hada madrina mueve su vara mágica y convierte al abusador en una rana. El niño desarrolla súper poderes y escapa volando del bosque lleno de terribles monstruos.
Cuando un niño relata una historia, escuche cómo él soluciona los problemas en la misma. Hágase estas preguntas:
• ¿Qué tipo de actitud asume el personaje principal del cuento cuándo está acercándose a un problema?
• ¿Cuál es el punto de vista del personaje cuando la historia comienza positivamente?
• ¿El problema se resuelve por el personaje principal o por alguien más?
• ¿El problema es resuelto de manera apropiada, según la edad del niño?
• ¿El personaje principal de la historia tiene diferentes maneras de resolver distintos problemas o simplemente una?
La moraleja o lección que el niño obtiene del cuento le dará importantes pistas de cómo él resuelve los problemas.
Ahora es su turno de contar un cuento. Cuando usted construye historias para los niños tiene la oportunidad de enseñarles a tener una identidad positiva, resolver sus propios problemas, y para aprender importantes valores y habilidades.
Ayudando a los niños a través del Arte
El arte es uno de los primeros bálsamos que se usa con los niños para ayudar a aliviar el dolor de un trauma emocional. El arte tiene la cualidad, casi mágica, de poder contener las poderosas emociones que se activan por un trauma, sin ocultarlas. Es parte de la terapia para los niños traumatizados en muchos hospitales, casas adoptivas, y refugios infantiles, y también es muy usado en situaciones menos dramáticas. Es parte de las herramientas de cualquier educador en las miles de escuelas elementales y clínicas de la comunidad, y ayudan a los niños a hablar sobre sus sentimientos de timidez, ansiedad ante una prueba, o la tensión de ser mortificados por otros niños. También es una manera que tienen los padres para comunicarse con los sentimientos más profundos de un niño.
Es difícil determinar exactamente por qué el arte es tan útil ayudando a los niños a expresar sentimientos que de otra forma podrían ocultarse, o por qué es tan útil aliviando el dolor emocional. Como otros aspectos del lenguaje secreto, parece formar un puente entre la parte emocional del cerebro, el sistema límbico, y la parte pensante del cerebro, el neocortex. Ciertamente, en períodos de tensión, las actividades artísticas traen un sentido de familiaridad y confort a niños y adultos. Estas actividades les ayudan a evocar tiempos y experiencias pasadas, donde ellos se sentían más seguros y confiados.
Aunque nosotros pensamos en el arte como un medio visual, cuando se trata de niños, realmente es multisensorial. La percepción del trazo de crayola en el papel, el olor de la plastilina o la arcilla, y el chirrido y chasquido suave y las risitas cuando pintan con los dedos son todos importantes gatillos emocionales, que pueden conectar al niño con el maravilloso mundo de sus imaginaciones.
Los psicólogos señalan que el arte es una manera de ganar el control simbólico sobre lo que normalmente sería una experiencia agobiadora o incluso aterradora. Por ejemplo, Laura, una niña de siete años de edad, estaba esperando en su cama del hospital antes de una cirugía exploratoria. La enfermera de Laura tomó una hoja de papel y la colocó encima de la tabla lateral plegable de su cama y dijo en un tono calmado y tranquilizante: “dibujemos un cuadro de cómo se verá este cuarto dentro de unas horas”. "Empieza dibujándote acostada en esta cama. ¡Magnifico! Ahora permíteme dibujar un armario aquí y una mesa aquí, y una silla en la esquina. Ahora yo quiero que dibujes a toda la familia y amigos que van a venir a la visita esta tarde. Entonces dibuja algunos globos y postales y algunos ositos de peluche alrededor del cuarto, porque a todos los niños le regalan muchas cosas bonitas para decorar su cuarto después de una operación. Cuando regreses de la operación, compararemos como tu cuarto se parece al del dibujo."
En los días siguientes, bajo la guía y estímulo de la enfermera, Laura dibujó muchos cuadros. Ella dibujó un cuadro donde se veía ella en la mesa de operaciones, con su equipo de doctores sosteniendo las manos y sonriendo en el fondo. Dibujó un cuadro representando el interior de su estómago e intestinos, lugar de dónde provenía su dolor, y entonces lo coloreó con un marcador rosa, explicando que le "haría sentirse bien." Laura también dibujó el cuarto de su casa, a su amigo mejor, ella quedándose dormida y soñando con ir a Disneylandia.
Con cada dibujo, Laura ganó un poco más de control sobre sus sentimientos. A medida que fue dibujando pudo visualizar imágenes concretas más positivas. Al mismo tiempo, se sentía un poco menos ansiosa y con menos dolor físico. Cada dibujo fue un nuevo paso hacia su saneamiento. Los psicólogos señalan que mantener ocupados en actividades interesantes a los niños hospitalizados les ayuda a mantener su mente fuera del dolor, y necesitan, por tanto, menos medicamentos contra el dolor, haciéndolos más conscientes y mejor preparados para participar en su tratamiento.
El idioma secreto del arte tiene muchos propósitos. Uno de los más importantes es ayudar a los niños a aprender de sus propios sentimientos. Por ejemplo, una vez cuando yo estaba trabajando como psicólogo escolar, estaba usando el idioma secreto del arte para ayudar a Paúl, de ocho años, a lidiar con la pérdida de su padre, que había muerto de cáncer. De todos los materiales que yo guardaba en una caja en mi oficina, Paúl prefirió la arcilla. En una sesión, él tomó una barra roja de arcilla y la partió en una docena de pedazos pequeños. Yo lo miré cuando él intencionadamente hizo de cada pedazo una pelota roja, y le pregunté porque lo había hecho. "Éstas son las células de cáncer que mataron a mi padre", contestó con una malicia manifiesta en su voz. "Ahora yo voy a matarlas a ellas." Quebró cada una de las "pelotas de cáncer" con un pequeño mazo de caucho. Con cada golpe, hacía comentarios como "¡Ya les voy a enseñar yo! " o "Te tengo cáncer estúpido.".
El Museo Familiar
El Museo Familiar es una actividad artística que recomiendo a menudo para ayudar a los niños a expresar sus valores y aprender los valores de los adultos. Empiece tomando un pedazo de papel y dibujando cuatro cuadrados que servirán como pedestales en el Museo Familiar. Entonces pídale al niño que ponga en el museo los objetos que considera más importantes para la familia entera. Los objetos que el niño pone en el cuadro le darán un sentido de sus creencias sobre lo que él piensa que es muy importante para la familia. Ahora pruebe esta actividad usted, y comparta su cuadro con el niño. Los objetos colocados en su versión del museo representaran aquellos valores que usted quiere enseñar al niño. A medida que dibuje hable sobre lo que está pensando.
Dibuje un Deseo.
Pídale al niño que exprese un deseo y lo dibuje. ¿Quiere algo para él, como una nueva bicicleta, o algo para alguien más? Quizás él desee algo abstracto como la paz mundial. Note la expresión del niño y el lenguaje del cuerpo mientras dibuja, y observe si está disfrutando esta actividad. Si es como la mayoría de nosotros, el simple hecho de pensar en un deseo constituye una experiencia que brinda satisfacción. No sienta que debe devolver esta actividad del niño al mundo real, con comentarios como "Quizá debas ahorrar y así podrás conseguir tu bicicleta." Después de todo, los deseos no siempre se hacen realidad. Un comentario como "yo espero que tus deseos siempre te hagan feliz" será suficiente.
Colorea tu Día.
La técnica de colorear tu día es una actividad simple que recomiendo para darles a los niños la oportunidad de expresar sus sentimientos, al final de cada día, a través del dibujo.
Empiece explicándole al niño que los colores diferentes representan los sentimientos diferentes. En la cultura occidental, típicamente algunos colores se asocian con determinados sentimientos. Por ejemplo, el rojo suele significar enfado, el azul significa tristeza, el amarillo, alegría, y así sucesivamente. Pero durante años, he encontrado que los niños tienen su propio “código de colores” para expresar sus sentimientos, y nosotros debemos respetar ese código aun cuando sea diferente al nuestro. Por ejemplo, un muchacho me dijo que el rosado para él expresaba tristeza, porque su padre solía vivir en una casa rosada y se había marchado hacia dos años.
Para comenzar con esta técnica, pídale al niño que escoja de cinco a ocho lápices de diferentes colores para representar diferentes sentimientos. Un niño de cuatro y cinco años de edad ya conoce los sentimientos básicos como la felicidad, la tristeza, el miedo, la valentía y el enfado. Entre seis y ocho, los niños empiezan a entender por lo menos una docena de los sentimientos más sutiles, incluyendo la vergüenza, la timidez, el júbilo, la culpabilidad, etc.
Ahora déle una hoja de papel al niño y diga, "Este pedazo de papel representa tu día. Colorea el papel para representar los diferentes sentimientos que has tenido hoy."
Algunos niños hacen dibujos abstractos usando los distintos colores para expresar sus sentimientos. A veces los dibujos nos son más que una serie de líneas y formas de diferentes colores. Otros niños dibujan un cuadro más realista, escogiendo distintos colores para representar sus sentimientos sobre determinadas personas o situaciones.
El lenguaje secreto de la conducta no verbal
La mayoría de los adultos no son conscientes de los intercambios de lenguaje no verbal que tienen con los niños. Ellos asumen, equivocadamente, que la comunicación involucra sólo lo que ellos le dicen a los niños y viceversa. Sin embargo, en un estudio clásico de cómo las personas interactúan entre sí, se encontró que las palabras sólo expresan el 7% del significado emocional. El 50% de nuestra comunicación emocional, se expresa a través de nuestro lenguaje corporal. El otro 30 o 40 % se expresa a través del tono de la voz, el volumen, la inflexión, lo qué los científicos conocen como "paralenguaje."
Desgraciadamente, a diario veo ejemplos de una pobre comunicación no verbal entre los adultos y niños. Recientemente, observé una escena en una librería dónde una madre le pidió calladamente a su hijo de seis años que devolviera al estante el libro que estaba leyendo para que ellos pudieran seguir haciendo mandados. “Amor, por favor, guarda el libro”, le dijo ella dulcemente, pero su hijo la ignoró completamente. "Tenemos que irnos ya", dijo en tono distraído, tomando a su vez un libro del armario, haciendo justamente lo contrario de lo que le estaba pidiendo a su hijo. "Te lo estoy diciendo", ella dijo, con un poco más de fuerza en su voz, pero todavía hojeando su propio libro. "Te lo estoy diciendo", repitió, pero ni ella ni el hijo movieron un músculo. Entonces la madre miró su reloj, comprendiendo al parecer que se le hacia tarde, y ruidosamente amonestó a su hijo. "¿No estás oyendo lo que te estoy diciendo?" le preguntó enojadamente, arrancó el libro de sus manos y lo devolvió al estante. Entonces agarró al aturdido muchacho bajo el brazo y se lo llevó fuera de la tienda.
Los problemas en la conducta no verbal
Normalmente damos por sentado que los niños aprenden el lenguaje de la conducta no verbal a medida que crecen, de la misma manera que aprenden el lenguaje hablado. Pero de hecho algunos niños tienen un aprendizaje oral o escrito difícil y algunos tienen dificultad para aprender el lenguaje no verbal, también. Se estima que el 10% de los niños tienen dificultades para el aprendizaje del lenguaje no verbal, y debido a este problema, pueden tener dificultades para relacionarse con otros niños, o cumplir con las expectativas de los adultos. Algunas veces nos son referenciados como niños con "problemas de conducta", cuando en la realidad tienen un problema para leer las señales no verbales comunes, que todos damos por sentado. A continuación algunos ejemplos de problemas de conducta que podrían indicar que un niño tiene discapacidad para el aprendizaje no verbal.
1. El niño tiene un pobre sentido del tiempo para su edad.
2. El niño tiene dificultad para seguir instrucciones verbales, aunque intente ser cooperativo.
3. El niño no parece "encajar " con otros niños de la misma edad, y prefiere al estar solo o jugar con niños más pequeños.
4. El niño tiene problemas con el espacio personal. A menudo es reprimido por agarrarse a otro niño.
5. El niño es sumamente tímido y siempre está solo.
6. El niño frecuentemente es mortificado por otros niños por su apariencia o manerismos.
7. El maestro del niño lo describe como un ser con problemas sociales en la escuela.
8. El niño tiene dificultad para jugar con otros niños. Muchos juegos terminan hiriendo sus sentimientos o en discusiones.
9. El niño es demasiado agresivo con otros niños. No parece aprender de la experiencia.
10. El niño es demasiado pasivo y siempre está intentando agradar a otros niños.
Instruyendo a los niños sobre la conducta no verbal
Al igual que con los niños con tros tipos de problemas del aprendizaje o del lenguaje, los niños que presentan deficiencias en el aprendizaje del lenguaje no verbal pueden ser ayudados
He aquí algunos ejemplos de cosas que usted puede hacer.
Tómele fotos al niño en diferentes poses, y habla sobre cada una de esas poses. Cuelgue las fotos que muestran las emociones positivas en una pared o incluso péguelas sobre el espejo del baño para que el niño las vea todos los días. Mostrarle a un niño las poses positivas, es el equivalente no verbal de enseñarle a través de una charla diaria (lo qué algunas personas a veces llaman las "afirmaciones"). Mientras más imágenes positivas de ellos mismos, vean los niños, es más probable que asuman esa misma postura en su quehacer diario.
Algunas poses que puede fotografiar son:
• Como un súper héroe
• Como alguien que no ha dormido durante tres días
• Como alguien que ha ganado una carrera y esta recibiendo una medalla
• Como alguien que tiene miedo de algo
• Como alguien que recibe un cumplido de su maestro
• Como alguien que simplemente se ha divertido
• Como alguien que lo están entrevistando para un programa de televisión
Utilizando el lenguaje no verbal para conectarse a los niños
También es importante que los adultos estén conscientes de su propia conducta no verbal. Cuando un adulto tiene éxito enseñando o ayudando a un niño, solemos encontrarnos con que este ha desarrollado las habilidades favorables para "conectarse con los niños", a través de su lenguaje corporal. A continuación algunas cosas que debemos tener presente.
Eliminando las barreras y creando un espacio "Íntimo"
Cuando usted está intentando hacer una conexión con un niño, es importante prestarle su toda su atención y no dividir ésta. Muchas personas no entienden que incluso, cuando están intentando ser abiertos, receptivos, interesados, con un interlocutor, todavía emiten la impresión de estar cerrados y a la defensiva. Esto ocurre porque colocan barreras entre ellos y las personas con quien están hablando.
Una barrera puede ser cualquier objeto físico que se interpone entre usted y el niño: un libro o periódico, su costura, la mesa de la cocina, la ropa que esta doblando en su regazo. Las barreras también incluyen las interrupciones que ocurren en cada casa: el timbre del teléfono, la música alta de otro cuarto, las idas y venidas de algún otro miembro familiar. Si usted quiere “conectarse” seriamente con el niño, entonces usted debe intentar eliminar todos estas interrupciones.
Aún mejor que eliminar simplemente las barreras, usted puede crear un espacio íntimo para usted y el niño que animarán un contacto cercano y caluroso. Quizás usted tenga algunas almohadas cómodas para colocar en el suelo para definir un espacio físico que lo separe a usted y al niño del resto del cuarto. O quizá usted tenga la suerte de estar en un parque cercano dónde encontrar un pedazo de césped que sirva de lugar especial para que usted y el niño se conecten. El niño probablemente responderá a sus esfuerzos de un mejor contacto sin percatarse realmente que es lo que hay diferente en usted. Pero creame que, en cambio, usted notará inmediatamente la diferencia en su relación.
Use una postura "abierta" y esté al mismo nivel.
Cuando suelo trabajar con un padre y su hijo durante las consultas de asesoramiento psicológico, frecuentemente los invito a jugar juntos. Yo le pido al niño que seleccione un juguete del estante, y lo traiga al centro del cuarto. Entonces espero a ver que pasa. Por lo menos, la mitad del tiempo, el niño se sienta en la alfombra, y el padre permanece en la silla, aunque se supone que ellos están jugando juntos.
Su postura y el nivel de sus ojos dicen mucho sobre sus deseos de estar con el niño, y es algo que el niño nota inmediatamente. Sentándose lejos del alcance del niño, o con un lenguaje corporal cerrado, las piernas y brazos cruzados, le enviarán al niño el mensaje de que usted está presente sólo a medias. Para prestarle toda su atención al niño, siéntese al mismo nivel de sus ojos y se asegurese de adoptar una postura relajada y atenta. Pídale al niño que haga lo mismo diciéndole algo como, “mirémonos a la cara cuando nos hablemos, de manera que podamos ver y oír lo que la otra persona está diciendo."
Encuentre una distancia cómoda
La distancia física es una arista importante en toda comunicación emocional. La mayoría de los niños pequeños les gusta estar cerca de sus padres y se sienten mejor en su regazo que a su lado. Un adolescente típico, por otro lado, habría preferido inmediatamente estar al otro extremo del cuarto. Los investigadores nos dicen que la distancia óptima para una conversación personal está entre las dieciocho pulgadas y los cuatro pies. Menos que eso se considera el espacio íntimo de una persona, y está bien para los abrazos y apretones amables, pero no es bueno para una conversación. Una de las razones es que cuando nosotros estamos demasiado cerca de otra persona, es más difícil de tener un contacto visual prolongado, y el contacto visual es probablemente es el aspecto más importante para sentirse conectado emocionalmente.
Preste atención a lo que usted y su niño nos dicen usando el contacto visual
Joel, un ex soldado de la Marina que se consideraba a sí mismo un padre estricto pero amoroso, exigía a sus dos hijos de doce y catorce años, que lo miraran directo a los ojos cuando él les hablaba. Aun si estaban comiendo la comida, debían soltar sus tenedores o cucharas y mantener el contacto visual cuando él estaba hablando. Joel consideraba que mantener el contacto visual era una señal de respeto, y evitarlo era una señal de falta de respeto y debilidad.
Sin embargo, Joel estaba simplificando demasiado este aspecto de la comunicación emocional.
Mientras que es cierto que usted necesita mirar directamente a los ojos de su interlocutor para conocer las señales sutiles de la comunicación no verbal, el contacto visual permanente no es la manera natural en la conversación de las personas. Mantener y romper el contacto visual es necesario para la fluidez de una conversación de “dar y tomar”. Las personas normalmente rompen el contacto visual cuando se detienen para pensar sobre algo, y lo restablecen cuando quieren expresar sus pensamientos u oír los pensamientos de otro. Usted y el niño también usan el contacto visual para establecer el ritmo de la conversación. Los que están hablando hacen menor contacto visual que los oyentes, pero señalizan cuando ellos están listos para escuchar con una mirada a su interlocutor y esperan por una respuesta.
Prestarle atención al contacto visual cuando usted habla o juega con un niño puede ser una manera buena para calibrar su relación con éste. Cuando mire a un niño y él lo mire a usted debe prestar atención a otros aspectos de su expresión facial. Si sus ojos están abiertos y sus cejas bien arqueadas, él está mostrando interés. En cambio si cubre parte de su cara con sus manos o le brinda una sonrisa forzada, puede estarle prestándole la mitad de su atención. Si usted no se siente conectado al niño durante una conversación, confíe en su intuición. Pruebe cambiando el asunto o haciéndole un chiste. Pruebe realizar una actividad de conjunto que usted sepa que los dos disfrutan, como cocinar o jugar a un juego de captura. Hacer un esfuerzo para conectarse con el niño le darán el mensaje más importante: "Yo encontraré la manera de mostrarte cómo te quiero."
Hay muchos otros aspectos a utilizar del lenguaje secreto de los niños para ayudarlos en su desarrollo. Todos tenemos nuestros propios "secretos" sobre lo que funciona bien o mal con los niños. El "secreto" más importante es simplemente disfrutar de los niños en su propio nivel. Cuando usted está sonriendo o riéndose con un niño o un grupo de niños, sus sentimientos nunca serán un secreto para ellos. Esa es la cosa más importante que los niños necesitan.
Por Lawrence E. Shapiro
domingo, 8 de agosto de 2010
LAS VIAS DEL APRENDIZAJE
Cuando hablamos del proceso cerebral que nos permite aprender, es natural que nos llegue a nuestra mente la pregunta ¿cuales son las vías que hacen posible la conexión del mundo, de todo lo creado, con el aparato mental? y que este proceso nos permita identificarnos con todo lo que nos rodea, e incluso permitan que se establezcan principios psicológicos que proponen que las cosas no son como son, sino que son como somos nosotros. Todos los procesos mentales que nos permiten aprender requieren del establecimiento del delicado funcionamiento de los órganos sensoriales y de sus terminaciones nerviosas, que se encuentran en todas las partes de nuestro cuerpo y son capaces de generar impulsos nerviosos en los receptores, que son transductores biológicos que convierten los estímulos físicos, químicos o eléctricos en un potencial de acción.
Conducción de los estímulos.
Los eventos eléctricos son conducidos mediante una vía aferente o sensorial a la médula espinal, donde se integran y eventualmente tienen la posibilidad de generar una respuesta rápida, inconciente y refleja que establece aprendizajes primarios, que son los responsables de la conservación de la individualidad y de la especie.
Tipos de vías nerviosas.
Los estímulos llegan a la médula espinal mediante dos tipos diferentes de sistemas o fibras nerviosas. Uno formado por fibras nerviosas mielinizadas, que tienen un diámetro de 2 a 5 micras que tienen la característica de conducir el estímulo nervioso a una velocidad de 12 a 30 metros por segundo; el otro sistema lo forman fibras nerviosas no mielinizadas con un diámetro de 0.4 a 1.2 micras, estas fibras conducen a una velocidad de 0.5 a 2 metros por segundo. Estos dos tipos de vías o fibras nerviosas, unas lentas e intensas y otras rápidas y leves, es posible que sean el sustrato biológico de las maneras rápidas y lentas que tienen los seres vivos para aprender una tarea determinada y que el transmisor químico que comunica a una neurona con otra, también llamado transmisor sináptico, que se secreta en las fibras aferentes primaria y que sirve para la conducción de la experiencia rápida o lenta, sea diferente. De ser cierta la propuesta de que los seres vivos aprenden para evitar particularmente el dolor y obtener placer, nos permitiría proponer la posibilidad de que el glutamato fuera el neurotransmisor en los aprendizajes leves y rápidos y la sustancia P en aprendizajes lentos e intensos.
“La compuerta”
Las uniones sinápticas de las vías sensoriales y el hasta dorsal de la médula espinal a donde llegan estas vías, son sitios que presentan una gran plasticidad, es decir, tienen una posibilidad enorme de adaptarse y de ir agregando información a sus programas. A esta parte de la médula espinal se le ha denominado “la compuerta” y es donde los impulsos nerviosos se filtran, se integran, y se modifican si fuera necesario, mediante mecanismos de excitación o inhibición presináptica en las terminaciones de los diferentes nervios aferentes primarios, que transmiten los impulsos sensoriales del proceso de aprendizaje. Algunos de los axones, que son las partes motoras, salen de “la compuerta” y terminan en otras partes de la propia médula espinal y en el tallo cerebral, mientras que otras ascienden por vías localizadas en la parte posterolateral de la médula y se proyectan hacia los núcleos posteroventrales del tálamo, que son núcleos sensoriales específicos de relevo y de aquí los estímulos más significativos se dirigen a la corteza cerebral para completar el proceso senso-perceptual, que permite a los individuos tener conciencia de lo que ocurre en su entorno y aprender de ello.
Aprendizaje emocional
La vía órgano sensorial, médula-talámica es el sustrato nervioso que permite explicar la importancia de las emociones en el aprendizaje, este tipo de aprendizaje, que se ha puesto de moda, en tiempos recientes y postula que la mejor manera de aprender es compartiendo y generando emociones que construyan mapas mentales. Los programas del aprendizaje tienen características que destacan sobre otros procesos sensoriales, ya que generan efectos agradables de gran relevancia.
El aprendizaje y la actividad cerebral.
En experimentos realizados para estudiar el efecto que tiene el aprendizaje en si mismo sobre la actividad neuronal, se encontró que cuando aprendemos se activan la corteza medio frontal, donde radican las funciones de la conciencia y del raciocinio, el lóbulo de la ínsula que tiene funciones vegetativas y el cerebelo, donde se integran las funciones motoras. Esto quiere decir que cuando aprendemos nos vamos transformando en individuos con nuevos programas y capacidades mentales nuevas y con un nuevo programa motor para ejecutarlas. Otras muchas fibras nerviosas que se activan con el aprendizaje terminan en el sistema reticular, el cual se proyecta en los núcleos de la línea media y núcleos intralaminares del tálamo que tienen como función principal, integrar información inespecífica y de aquí a las diferentes partes de la corteza del cerebro. De esta manera es posible escanear los objetos y analizarlos desde un punto de vista general, como un todo y en sus particularidades y que se establezca la correlación conciente de lo aprendido, es importante mencionar que sólo aquellos estímulos sensoriales que llegan al cerebro tienen la capacidad de general esta característica. Otros axones se proyectan hacia el hipotálamo y algunas terminan en la sustancia gris periacueductal del mesencéfalo donde se lleva a cabo la integración parasimpático-hormonal y la coordinación de los órganos sensoriales visuales, y auditivos que son determinantes para el buen aprendizaje y que permiten a los individuos tener preferencia auditivas o visuales para aprender.
Aprendizaje rápido y lento.
La existencia de dos vías involucradas en el proceso de aprendizaje, como mencionamos anteriormente, una lenta y otra rápida, explica las observaciones fisiológicas de que hay en términos generales dos tipos de aprendizajes: uno que permite comprender rápidamente los fenómenos, generando una sensación intensa, difusa y una exquisita y agradable sensación, es el aprendizaje de mayor contenido hedonista y el otro de establecimiento lento que causa incertidumbre y sensaciones desagradables que generan ansiedad por ser menos intensos y difusos. Otra circunstancia de mucha importancia es la distancia existente entre la experiencia mental y el estímulo de aprendizaje, entre más lejos estén estos fenómenos mayor será la separación temporal de los componentes de la entidad que deseamos comprender.
FUENTE DE REFERENCIA
DR ENRIQUE C MARTINEZ
REFLEXIONEMOS SOBRE LA EDUCACION HOY
La nueva educación, la verdadera educación, no sólo tiene que enseñarte matemáticas, historia, geografía, ciencia; también te tiene que enseñar la moral real: estética. Llamo estética a la moralidad real: la sensibilidad de sentir la belleza, porque la divinidad viene en forma de belleza. Como una rosa o una flor de loto, en el amanecer o en una puesta de sol, en las estrellas, los pájaros cantando temprano por la mañana, las gotas de rocío o un pájaro en pleno vuelo… La verdadera educación tiene que acercarte más a la naturaleza porque sólo acercándote cada vez más a la naturaleza te irás acercando a lo divino
PENSAMIENTO EXTRAIDO DE LA PAGINA
EDUCACION SUDBURY
NUEVAS RUTAS DEL CONOCIMIENTO: CEREBRO Y EDUCACION
Cómo definir la educación basada en el cerebro
El cerebro está íntimamente involucrado con todo lo que los educadores y los alumnos realizan en la escuela. Cualquier desconexión es receta para la frustración y un potencial desastre. La educación basada en el cerebro es el entrecruzamiento de varias estrategias basadas en los principios derivados de nuestra comprensión del cerebro. Nótese que esta definición no establece que esté basada en estrategias que nos hayan aportado los neurocientíficos. No sería apropiado. Nótese que no dice que esté basada, exclusivamente, en estrategias de la neurociencia o de alguna otra disciplina. La pregunta es: ¿Los enfoques y estrategias están basados en investigación sólida del cerebro, realizada por las ciencias relacionadas con él, o están sustentados sólo en mitos, en lo que dicen los bien intencionados profesores, o en “ciencia-basura”? Nosotros esperaríamos que un educador fuese capaz de sustentar el uso de cualquier estrategia de aula que utiliza, con razonamientos o estudios científicos.
Cada educador que se precie de ser profesional debería poder decir: “Esta es la razón por la que hago lo que hago”. Yo preguntaría: ¿Esa persona está realmente involucrada con el uso de lo que sabe, o, simplemente tiene algún conocimiento acerca de ello y, realmente, no lo usa? ¿Los docentes están usando estrategias basadas en la ciencia que estudia cómo funciona nuestro cerebro? La educación basada en el cerebro se centra en el conocimiento de por qué se ha de usar una u otra estrategia. La ciencia se basa en lo que sabemos acerca de cómo funciona nuestro cerebro. Debemos ser muy profesionales y entender el sustento científico que explica nuestras prácticas. Tengan en cuenta que si uno no sabe porqué hace lo que hace, se es menos propositivo y menos profesional, también. Tal vez, sólo se trata de nuestra refinada sabiduría personal. No hay nada de malo en ello, pero alguna “sabiduría refinada” ha llevado, también, a malas prácticas de enseñanza.
Aunque he promulgado por muchos años la educación “basada en el cerebro”, nunca he pretendido que sea la disciplina exclusiva que deban considerar las escuelas. Eso es para mentes estrechas. De otra parte, el cerebro está involucrado en todo lo que hacemos en las escuelas. Ignorarlo sería irresponsable. En este sentido, un cuestionamiento sería: ¿De dónde, exactamente, viene esta investigación?
El amplio espectro de la educación basada en el cerebro
La educación basada en el cerebro ha evolucionado a través de los años. En sus inicios parecía estar enfocada en establecer un vocabulario con el cual se pudiese comprender el nuevo conocimiento. Como resultado de ello, muchos de nosotros escuchamos por primera vez palabras como axones, dendritas, serotonina, dopamina, hipocampo y amígdala. Se trataba de la primera “generación” de conceptos básicos, la que introdujo una nueva plataforma de trabajo para la generación actual. No es que hubiese algo de malo en ello, pero, conocer algunas palabras de los libros de neurociencia, ciertamente no hace a nadie mejor docente. Los tiempos han cambiado. El movimiento de la educación basada en el cerebro ha pasado ya de su infancia de palabras novedosas y escaneo de cerebros.
La base de conocimiento actual proviene del rápido desarrollo de una serie de disciplinas emergentes, todas relacionadas con el cerebro. Ya no sólo se realizan publicaciones en revistas altamente reconocidas como Nature, Science y el Journal of Neuroscience. Toda disciplina relacionada con el ser humano tiene en cuenta el cerebro. Como ejemplo tenemos la psiquiatría, que se documenta en la revista Biological Psychiatry; la nutrición se comprende mejor mediante la lectura de la revista Nutricional Neuroscience. La sociología se guía por la revista Social Neuroscience. Algunos críticos aseveran que la sociología, la educación física, la psiquiatría, la nutrición, la psicología y las ciencias cognitivas no están basadas en el cerebro. Esto es absurdo, pues, si se removiera el papel que juega el cerebro en estas disciplinas, no existirían. No hay separación posible entre el cerebro, la mente, el cuerpo, los sentimientos, el contacto social o sus respectivos entornos. Esas aseveraciones forman parte de la vieja escuela y están superadas. Si la investigación involucra al cerebro, de cualquier manera, está basada en él. El cerebro está relacionado con todo lo que hacemos.
El modelo actual de educación basada en el cerebro es altamente interdisciplinario. Antonio Damasio, el distinguido profesor, jefe del departamento de neurología del Centro Médico de la Universidad de Iowa y profesor adjunto del Instituto Salk en La Jolla, California, dice: “La relación entre los sistemas cerebrales, la cognición compleja y el comportamiento sólo pueden ser explicados satisfactoriamente a través de una mezcla integral de teorías y hechos relacionados con todos los niveles organizativos del sistema nervioso; desde moléculas, células y circuitos, hasta sistemas mayores y entornos físicos y sociales… Debemos estar alerta sobre las explicaciones que se fían en los datos provenientes únicamente de un nivel, no importa cuál sea éste” (5). Cualquier disciplina, incluso la neurociencia cognitiva, debería estar apoyada por otras disciplinas. Aunque, en un principio, los documentos escritos no reflejaban esto, hoy sabemos que el aprendizaje basado en el cerebro no puede fundarse en la neurociencia; hemos aprendido que se requiere de un enfoque multidisciplinario.
El cerebro es nuestro común denominador
Hoy en día, muchas de las disciplinas relacionadas con la escuela y el aprendizaje se encuentran mirando hacia el cerebro para buscar respuestas. No se puede separar el rol de éste de la influencia que ejerce la conformación de grupos de estudiantes, su alimentación en comedores escolares, la arquitectura de las escuelas, los planes obligatorios de estudio y las evaluaciones de estado. Cada uno de estos aspectos afecta el cerebro, y, a la vez, éste afecta a cada uno de ellos. Las escuelas, las evaluaciones, los ambientes y la enseñanza no están restringidos a una disciplina como la ciencia cognitiva, sino a múltiples disciplinas. En pocas palabras, las escuelas funcionan bien en la medida en que los cerebros que allí se encuentren trabajen bien. Cuando existe un desequilibrio entre el cerebro y el entorno, algún aspecto de la escuela se afecta.
En la escuela se dan incontables oportunidades que afectan los cerebros de los estudiantes. Temas como el estrés, el ejercicio, la nutrición y las condiciones sociales son todos relevantes con el cerebro y afectan la cognición, la atención, el comportamiento en el aula, la asistencia a clases y la memoria. Hoy entendemos que cada día en la escuela cambia el cerebro de los estudiantes de alguna manera en particular. Una vez hacemos esas conexiones, podemos tomar decisiones en relación con la forma como priorizamos políticas y estrategias. He aquí algunas de esas poderosas conexiones que los educadores pueden hacer.
1. El cerebro humano puede hacer crecer nuevas neuronas. Muchas sobreviven y se hacen funcionales. Ahora sabemos que las neuronas nuevas están bastante correlacionadas con la memoria, el estado de ánimo y el aprendizaje. Es de mucho interés para los educadores el saber que este proceso puede ser regulado por nuestros comportamientos cotidianos. Específicamente, puede mejorarse este proceso mediante el ejercicio, la baja en los niveles de estrés y una buena nutrición. Las escuelas pueden y deberían influir en estas variables. Este descubrimiento proviene de los estudios realizados por los neurocientíficos Gerd Kempermann y Fred Gage. (6)
2. Las condiciones sociales influencian nuestro cerebro de formas que antes no conocíamos. El descubrimiento de neuronas espejo por parte de Giacomo Rizzolatti y sus colegas de la Universidad de Parma en Italia, sugiere que hay reciprocidad imitativa en nuestro cerebro (7). Esta disciplina en ciernes es explorada en Social Neuroscience, una nueva revista académica que propone que las condiciones sociales afectan el cerebro. Por otra parte, los comportamientos en la escuela son experiencias altamente sociales que se codifican a través de nuestros sentimientos de recompensa, aceptación, dolor, placer, coherencia, afinidad y estrés. Esto sugiere que debemos ser más activos al intervenir el entorno social de los estudiantes, porque están bajo su efecto, más de lo que creíamos en el pasado. 24/ Rev. Int. Magisterio. Bogotá (Colombia), 7 (37): 3 - 6, febrero - marzo 2009 También pueden descubrirse pautas para trabajar con personas con autismo, pues sus neuronas espejo están inactivas. Este descubrimiento sugiere que las escuelas no deberían confiar en la conformación aleatoria de grupos y deberían, por otra parte, fortalecer las condiciones que contribuyen a lo social.
3. La habilidad del cerebro para reorganizarse a sí mismo a través de lo que se conoce como neuro-plasticidad es enorme. La nueva revista Journal of Neuroplasticity explora estos y otros temas relacionados. Las escuelas pueden influir en este proceso a través de la construcción de destrezas, la lectura, la meditación, las artes, y la educación académica y técnica, así como de las habilidades de pensamiento que dan forma al éxito de los estudiantes. Los neurocientíficos Michael Merzenich y Paula Tallal verificaron que cuando se usan los protocolos correctos de construcción de habilidades, los educadores pueden hacer positivos y significativos cambios en nuestros cerebros a corto plazo (8). Sin comprender las “reglas que explican cómo cambia nuestro cerebro”, los educadores perderán tiempo y dinero y los estudiantes también saldrán perdiendo.
4. El estrés crónico es un asunto muy real en las escuelas, tanto para docentes como para estudiantes y, por otro lado, la homeostasis no es un estado único a lograr. El descubrimiento hecho por el neurocientífico Bruce McEwen es que un estado metabólico llamado halostasis, se ha convertido en la nueva frontera para el estrés, el cual es evidente en los cerebros de quienes sufren de ansiedad y desórdenes por estrés (9). Estas cargas de estrés halostático patogénico se están volviendo muy comunes, con serios riesgos para la salud, el aprendizaje y el comportamiento. Además, este asunto afecta la asistencia a la escuela, la memoria, las habilidades sociales y la cognición. El estrés agudo y crónico se explora en las siguientes revistas: The Internacional Journal of Stress Management, The Journal of Anxiety, The Journal of Traumatic Stress y Stress.
5. La antigua manera de pensar al respecto era que, bien fuera el ambiente o los genes, decidían los resultados de un estudiante. Ahora sabemos que hay una tercera opción: la expresión genética, la capacidad de nuestros genes para responder a impulsos crónicos o agudos del entorno. Este descubrimiento ha echado luces sobre nuevas oportunidades de cambio para nuestros estudiantes. Los neurocientíficos Bruce Lipton y Ernest Rossi han escrito acerca de cómo nuestros comportamientos cotidianos pueden influenciar la expresión genética (10). Nuevas publicaciones como Gene Expression, Gene Expression Patterns y Nature Genetics exploran los mecanismos de los cambios epigenéticos (de la parte exterior de los genes). Las evidencias sugieren que la expresión genética puede ser regulada por lo que hacemos en nuestras escuelas y que esto puede mejorar o afectar los posibles cambios a largo plazo.
6. La buena nutrición va mucho más allá de evitar la obesidad. Las revistas Nutritional Neuroscience y European Journal of Clinical Nutrition exploran los efectos de lo que comemos en nuestro cerebro. Los efectos sobre la cognición, la memoria, la atención, el estrés, e incluso la inteligencia, están emergiendo. Las escuelas que prestan atención a la nutrición y la cognición (y no sólo a la obesidad), probablemente ayudarán a mejorar los logros de sus estudiantes.
7. El papel de las artes en las escuelas continúa estando bajo escrutinio. Los departamentos de neurociencia de cinco universidades (Oregon, Harvard, Michigan, Dartmouth y Stanford) tienen actualmente proyectos que estudian el impacto de las artes en el cerebro. Arts and Neuroscience es una nueva revista que revisa las conexiones hechas por los investigadores. Este es un tema muy serio para los neurocientíficos y debería serlo para los educadores también. Algunos de los asuntos allí estudiados son si las artes tienen valor de transferencia, así como la posibilidad de que haya periodos de la vida más sensibles a las artes.
8. El entorno actual de evaluaciones constantes significa que algunos educadores están eliminando de la jornada escolar los períodos de descanso y de juego o la educación física. El valor del ejercicio para el cerebro fue recientemente objeto de un artículo y su correspondiente portada en la revista Newsweek. Aún más, hay muchos estudios que se encuentran examinando esta conexión en The Journal of Exercise, Pediatric Exercise Science, y el Journal of Exercise Physiology Online. El peso de la evidencia sugiere que el ejercicio está fuertemente relacionado con el incremento de la masa cerebral, una mejor cognición, la regulación del estado de ánimo y la producción de nuevas células. Esta información era desconocida hace una generación.
9. Hallazgos impresionantes han tenido lugar en el área de la rehabilitación de los desórdenes cerebrales, incluyendo el síndrome fetal de alcoholismo, el autismo, el retardo mental, las embolias y las lesiones de la espina dorsal. Ahora es claro que las terapias para tratar las conductas agresivas, los nuevos medicamentos y la implantación de células madre pueden utilizarse para influenciar, regular y reparar desórdenes cerebrales. El Journal of Rehabilitation y el Journal of Rehabilitation Research traen innovaciones que proponen que los estudiantes de programas de educación especial pueden ser capaces de mejorar mucho más de lo que alguna vez creíamos.
10. El descubrimiento de que los diversos ambientes alteran nuestro cerebro es muy importante. Esta investigación data de décadas atrás. Comenzó con los trabajos pioneros de los psicólogos y biólogos Mark Rosenzweig de la Universidad de California en Berkeley y Bill Greenough de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. De hecho, ha emergido una nueva colaboración entre neurocientíficos y arquitectos. “La misión de la Academia de Neurociencia para la Arquitectura”, de acuerdo con el sitio de este grupo en internet, “es promover el conocimiento que vincula la investigación neurocientífica con el conocimiento, cada vez mayor, de las respuestas humanas a la construcción de nuestro entorno”. Esto es altamente relevante para administradores y diseñadores de políticas, responsables de los diseños de las construcciones escolares.
Si nuestro cerebro está involucrado en todo lo que hacemos, la siguiente pregunta es: ¿Nuestro cerebro es fijo o maleable? ¿La experiencia le da forma? Una cantidad enorme de evidencia muestra que nuestro cerebro se altera por las experiencias cotidianas, tales como aprender a leer, aprender nuevo vocabulario, estudiar para las pruebas, o aprender a tocar un instrumento musical (11). Los estudios confirman el éxito de algunos programas de computador que utilizan reglas de plasticidad cerebral para reentrenar los sistemas visual y auditivo y mejorar así la atención, la escucha y la lectura (12). De allí se desprende que al alterar nuestras experiencias, se altera nuestro cerebro. Este es un silogismo simple, pero, a la vez, profundo: si nuestro cerebro está involucrado en todo lo que hacemos y cambia con la experiencia, entonces nuestras experiencias en la escuela cambiarán nuestro cerebro de alguna forma. En vez de simplificar la discusión sobre la investigación del cerebro en educación para dejarla tan sólo en el terreno de las dendritas y los axones, una argumentación contemporánea debería incluir una serie más amplia de temas. La educación basada en el cerebro nos alienta a buscar evidencias de todas las disciplinas para potenciar los cerebros de nuestros estudiantes. El cerebro está involucrado en todo lo que hacemos en la escuela; los educadores que comprendan esto, tomarán decisiones al respecto.
La educación basada en el cerebro en acción
Un enunciado esencial acerca de la educación basada en el cerebro es que la mayoría de los neurocientíficos no enseña y la mayoría de los docentes no investigan. No es realista esperar que los neurocientíficos revelen cuáles estrategias de aula funcionan mejor. No lo es y muchos de ellos tampoco lo hacen así. Muchos críticos dirán que esta es una debilidad, pero no es así. La neurociencia y muchas de sus disciplinas relacionadas (por ejemplo, la genética, la química, la endocrinología) son ciencias a las que nos referimos como básicas. El trabajo se hace en laboratorios y la ciencia provee, más bien, lineamientos generales o sugerencias acerca de futuros caminos para la investigación. De todos los estudios de neurociencia publicados mensualmente, sólo una pequeña fracción de ellos tiene relevancia potencial para la educación.
La investigación clínica y cognitiva son dominios de nivel medio. En sus estudios, los seres humanos no siempre son sujetos a condiciones controladas. Finalmente, la investigación aplicada es hecha “en un contexto”, como la escuela. Cada dominio tiene diferentes ventajas y desventajas, Quienes critican el uso de la neurociencia para tomar decisiones en el ámbito de la educación afirman que el salto es demasiado alto, desde la ciencia básica hasta el aula. Yo coincido con esta afirmación; la educación debe ser multidisciplinaria. Nunca he propuesto (y jamás lo haré) que las escuelas se rijan únicamente por los hallazgos de la neurociencia. Pero, ignorar la investigación al respecto es igualmente irresponsable. Usemos un ejemplo típico, invocado por quienes defienden el enfoque basado en el cerebro, como yo.
La educación física está apoyada por la investigación sobre el cerebro
En tanto que muchas escuelas se encuentran reduciendo la actividad física por restricciones de tiempo en los horarios escolares, creadas en parte por la ley de No Child Left Behind, un amplio grupo de estudios ha vinculado la actividad física con la cognición. Los investigadores han llegado hasta este tema desde un rango amplio de disciplinas. Algunos son científicos cognitivos o fisiólogos, expertos 26/ Rev. Int. Magisterio. Bogotá (Colombia), 7 (37): 3 - 6, febrero - marzo 2009 en ejercicio. Otros defensores de estos estudios son psicólogos, neurobiólogos o educadores físicos. La investigación aplicada que compara los logros académicos de escuelas donde los chicos tienen actividad física con los de aquellos que no la tienen, también apoya esta hipótesis (13). Como los seis ciegos que describen las diferentes partes del elefante, todos estos profesionales interpretan el mismo tema desde diferentes perspectivas. Todas están en lo correcto pues revelan cómo la experiencia física afecta el cerebro. Todos estos puntos de vista son válidos, pero incompletos en sí mismos.
Ahora, agreguemos la perspectiva de la neurociencia. Ésta revela información que otras disciplinas no pueden revelar. Por ejemplo, sabemos que el ejercicio está altamente correlacionado con la neurogénesis, la producción de nuevas células cerebrales (14). Sabemos que el ejercicio regula un componente crítico derivado del cerebro, llamado factor neurotrópico (15). También sabemos que la neurogénesis está correlacionada con una mejora en el aprendizaje y la memoria (16). Además, la neurogénesis parece estar inversamente correlacionada con la depresión (17). Al mismo tiempo que algunos descuidados diseñadores de políticas escolares reducen la actividad física, muchos administradores escolares ignoran las correlaciones inversas que existen con la depresión en adolescentes. Es preocupante que cada año uno de cada seis adolescentes haga planes de suicidio y uno de cada doce lo intenta (18). Hay considerable evidencia de que el trote puede servir de antidepresivo (19). Estos datos sugerirían que los educadores pueden apoyar la neurogénesis a través de la educación física. Pero los educadores y quienes diseñan las políticas escolares no pueden observar las nuevas células cerebrales producidas. Esa es una razón para estudiar la ciencia, para mostrar factores escolares cotidianos sobre los cuales es fácil ejercer alguna influencia para regular la neurogénesis y, como consecuencia de ello, la cognición, la memoria y el estado de ánimo. Esas son las clases de conexiones que deberían hacerse. Son conexiones claves, hay muy poco riesgo y, en cambio, mucho por ganar.
Para verificar esta hipótesis demos un vistazo a la investigación aplicada para saber qué sucede en relación con el logro de los estudiantes en las escuelas donde se promueve la actividad física. La investigación en este campo es mixta pues no hay protocolos ampliamente establecidos. Por ejemplo, hay interrogantes sobre cuándo realizarla o cuánta se debe hacer, qué clase de ejercicios se necesitarían o si deberían ser voluntarios. Estos no son asuntos triviales; nuestros cerebros responden mejor a actividades significativas, con una duración e intensidad apropiadas, durante suficiente tiempo, para que los cambios tengan lugar. La actividad voluntaria es importante, también. Si la actividad es forzada puede generar problemas, en vez de beneficios en lo cognitivo o para la salud. Cuando los estudios están bien diseñados, hay apoyo para la actividad física en las escuelas. La promoción interdisciplinaria de la actividad física como compatible con el cerebro tiene sólidos fundamentos.
Entonces, una perspectiva basada en el cerebro refuerza la idea de mantener o mejorar las actividades físicas en la escuela. ¿Proviene toda la investigación del campo de la neurociencia? No. Proviene de una Cerebro, corazón, mente /27 gran cantidad de fuentes. Pero, cada una de esas fuentes tiene que ver con el cerebro. ¿Mejora o empeora nuestro cerebro con la actividad física? La respuesta es clara: el cerebro se beneficia de la actividad de muchas maneras. Está involucrado en todo lo que hacemos en la escuela. Cómo medir todo esto (a través de la ciencia básica, la ciencia cognitiva, la psicología, la investigación aplicada, la investigación deportiva, la neuroquímica, etc.) requiere también del cerebro. Aunque los críticos traten de restar importancia a la educación basada en el cerebro, y a la ciencia de donde ésta proviene, el panorama es simple: el cerebro está involucrado en todo lo que hacemos en la escuela. Ignorarlo es irresponsable.
¿Hay evidencia de que la investigación sobre el cerebro pueda ayudar a los educadores?
Esta pregunta es altamente relevante para todos los educadores. Para repetir nuestra definición, la enseñanza basada en el cerebro es la implementación activa de estrategias prácticas, basadas en los principios derivados de las ciencias relacionadas con él. Todos los educadores usan estrategias; la diferencia aquí es que usamos estrategias basadas en ciencia legítima, no en rumores o mitos. Pero las estrategias deberían ser generadas por principios establecidos y verificables. Un ejemplo de un principio sería: “El cerebro cambia con base en la experiencia”. La ciencia nos lo confirma. Sabemos, por ejemplo, que la repetición de comportamientos relevantes es una estrategia útil para construir habilidades de aprendizaje. Sabemos también que la intensidad y la duración son importantes. ¿Conocía alguien, hace veinte años, los mejores protocolos para construir habilidades que maximizaran el cambio cerebral? Sí, algunos lo sabían por ensayo y error. Pero el asunto no es si los educadores han aprendido una nueva y revolucionaria estrategia a partir de las investigaciones sobre el cerebro. De hecho, los educadores son muy creativos y recursivos, han intentado miles de estrategias en las aulas en todo el mundo. El asunto es, ¿Podemos tomar decisiones mejor informadas acerca de la enseñanza, basados en lo que hemos aprendido acerca del cerebro? El enfoque de educación basada en el cerebro sugiere que no deberíamos esperar otros veinte años hasta que se compruebe cada una de esas correlaciones, más allá de cualquier duda. Muchas teorías no podrían comprobarse hasta ese punto. Es posible que la gran cantidad de factores escolares, familiares y genéticos lleven a principios generalizables imposibles de probarse como 100% ciertos. Como educadores debemos vivir en un mundo de “es probable” o “no es probable” opuesto al de “cierto”. Así, en el ejemplo anterior, los datos tomados de la neurociencia sugieren que el ejercicio voluntario de nuestra parte motora gruesa mejora la neurogénesis y que ésta apoya la cognición, la memoria y la regulación del estado de ánimo. La neurogénesis tan sólo apoya a otras disciplinas, pero, ella misma, no puede verse a simple vista. Quienes abogan por la educación basada en el cerebro deben apuntar a cómo la neurociencia encuentra paralelos, apoya y lidera a las ciencias que se relacionan con ella. La neurociencia no es una ciencia que reemplace a otras.Es un nuevo camino a seguir para descubrir las potencialidades de cada uno de nosotros y los aspectos relevantes de nuestra evolucion como seres humanos.
FUENTE DE REFERENCIA
ARTICULO PUBLICADO EN MAGISTERIO REVISTA ONLINE
sábado, 7 de agosto de 2010
LOS SEXOS FEMENINO Y MASCULINO Y NUESTRO CEREBRO
NUESTRA FILOGENIA HA DEMARCADO NUESTRA ONTOGENIA, LA EVOLUCION DEL SEXO EN LA ESPECIE HUMANA, DEFINIO ROLES, COMPORTAMIENTOS Y CONDUCTAS DE TODA LA ESPECIE.
LA POLARIDAD MARTE-VENUS POSEE UN SUBSTRATO ANATOMOFISIOLOGICO QUE NOS PREDISPONE A ACTUAR DEFINIENDO PATRONES DE CONDUCTAS PROPIAS DE LA MASCULINIDAD O DE LA FEMENEIDAD
¿Tiene sexo el cerebro? O, mejor dicho… ¿hay un cerebro para hombres y otro para mujeres?
Pues eso parece. Desde el momento en el que en un feto de seis semanas se comienzan a formar los testículos —cuando así lo indica la presencia del cromosoma Y— éstos liberan testosterona a la corriene sanguínea.
La presencia de esta hormona opera cambios en el cerebro en formación, tales como proveer de un mayor tamaño a ciertos núcleos intersticiales y otras estructuras del hipocampo y un mayor desarrollo del hemisferio derecho.
Como en este hemisferio se encuentran las habilidades espaciales o geométricas, el cerebro masculino es más apto para orientarse en el espacio. En cambio, en el hemisferio izquierdo se encuentran las capacidades comunicativas, el acopio de vocabulario y la sociabilidad, por lo que el cerebro femenino es más apto para la relación con semejantes.
Eso no significa que todos los hombres sean mejor orientándose que una mujer ni que todas las mujeres sean mejores conversando que un hombre. Hay que entender que cada persona es resultado de la interacción de factores genéticos, hormonales y sociales que le son propios, aunque, eso sí, cada sexo tiene diferentes aptitudes de partida, entendidas como patrones de aprendizaje, como una predisposición innata.
El cerebro masculino es mejor, o está mejor preparado para desarrollar:
la capacidad visual-espacial
la memorización y detección de formas y las capacidades geométricas
el aprendizaje de laberintos y la orientación
la lectura de mapas y los conocimientos geográficos
el ejercicio motor que requiere la señalización la previsión de una trayectoria y la puntería
la agresividad
la composición musical
el juego del ajedrez
el razonamiento matemático
El cerebro femenino es mejor, o está mejor preparado para desarrollar:
la fluidez verbal y otras capacidades lingüísticas
las tareas motoras finas y manuales de precisión
la sociabilidad
el cálculo numérico
la sensibilidad
la localización de objetos entre una serie de ellos
la percepción de niveles bajos de estimulación sensitiva y la velocidad de esta percepción
el reconocimiento de rostros, expresiones faciales y tono de voz
la empatía (discernimiento de emociones ajenas)
Y ¿por qué esto es así? ¿por qué la presencia del cromosoma Y facilita el aprendizaje de unas habilidades sobre otras?
La neurofisióloga Doreen Kimura sostiene que se debe a millares de años de división del trabajo: el hombre primitivo cazaba y defendía al grupo, para lo que convenía la orientación, la puntería y la agresividad; mientras que la mujer cuidaba a los pequeños, recogía alimentos cerca del hogar y preparaba la comida y vestidos del grupo, para lo que convenía la habilidad motora fina, la localización de los objetos del grupo, el rápido reconocimiento de sus bebés y la certeza de su ubicación y la empatía con los miembros de su grupo.
La evolución natural fue la encargada de preservar los individuos cuyas capacidades cerebrales fueron más apropiadas para la función social y de supervivencia que desempeñaban.
viernes, 6 de agosto de 2010
APRENDIZAJE CEREBRO COMPATIBLE
EL MUNDO CAMBIA TAN RAPIDAMENTE QUE LAS PERSONAS QUE DICEN "ESTO NO SE PUEDE HACER" CHOCAN ENSEGUIDA CON ALGUIEN QUE YA LO ESTA HACIENDO
ESTAMOS FRENTE A UN ASOMBRO CONSTANTE, UN APRENDIZAJE MAYOR ESPERA SER DEVELADO A CADA INSTANTE.
LA LUZ NOS HACE UNA SEÑA PARA QUE NOS ACERQUEMOS, SIN MIEDO.
LA EDUCACION ES UNA BUSQUEDA CONSTANTE QUE VA DEL SOBREVIVIR AL TRASCENDER
“Caine y Caine investigadores neurocientificos desde la decada de los 90 sostienen que hay tres elementos interactivos de enseñanza que emergen de sus principios y que pueden perfectamente aplicarse en el proceso de aprendizaje-enseñanza:
1. Inmersión orquestada en una experiencia compleja: crear entornos de aprendizaje que sumerjan totalmente a los alumnos en una experiencia educativa.
2. Estado de alerta relajado: eliminar el miedo en los alumnos, mientras se mantiene un entorno muy desafiante.
3. Procesamiento activo: permitir que el alumno consolide e interiorice la información procesándola activamente.
En consecuencia, para crear entornos enriquecidos que ayuden a los estudiantes a aprender, los profesores tienen que tratar de comprometer las siguientes capacidades de aprendizaje que tienen todos los alumnos.
a.- Para crear un estado de alerta relajado:
- Reduzca la amenaza y mejore la autoeficacia.
- Comprometa la interacción social.
- Comprometa la búsqueda innata de significado.
- Comprometa las conexiones emocionales.
b.- Para crear una inmersión orquestada en una experiencia compleja:
-Comprometa la fisiología en el aprendizaje.
- Comprometa tanto la habilidad para centrar la atención como para aprender de un contexto periférico.
- Reconozca y comprometa las etapas y los cambios de desarrollo.
- Comprometa el estilo individual de los alumnos y su unicidad.
- Comprometa la capacidad para reconocer y dominar pautas esenciales.
c.- Para crear un procesamiento activo:
- Comprometa la habilidad para percibir tanto las partes como el todo.
-Comprometa tanto el procesamiento consciente como el inconsciente.
-Comprometa la capacidad para aprender a partir de la memorización de hechos aislados y de eventos biográficos.
¿Cómo pueden ser las escuelas más compatibles con la manera como los seres humanos aprenden?
Según Purpose Associates (1998-2001), la aplicación de la teoría del aprendizaje compatible con el cerebro impacta a la educación en tres aspectos fundamentales:
1.- Currículo: los profesores deben diseñar el aprendizaje centrado en los intereses del alumno y hacer un aprendizaje contextual.
2.- Enseñanza: los educadores deben permitirles a los alumnos que aprendan en grupos y usen el aprendizaje periférico. Los profesores que estructuran el aprendizaje alrededor de problemas reales, estimulan también a los estudiantes a aprender en entornos fuera de la sala de clase y fuera de la escuela.
3.- Evaluación: ya que los alumnos están aprendiendo, su evaluación debería permitirles entender sus propios estilos de aprendizaje y sus preferencias. De esa manera, los alumnos supervisan y mejoran sus procesos de aprendizaje.
Y luego se preguntan: ¿Qué sugiere el aprendizaje basado en el cerebro?
Sugiere que los profesores deben ayudar a los alumnos a que tengan experiencias apropiadas y saquen provecho de esas experiencias.
A futuro seremos no diseñadores de enseñanza, sino diseñadores de aprendizaje.
El desafío para los profesores, afirma Sylwester (1995), es definir, crear, mantener un ambiente y currículo escolar estimulantes emocional e intelectualmente. Y presenta algunos ejemplos de cómo deberían ser los tres modelos interactivos de ambientes educativos:
a.- El ambiente natural: deberíamos organizar el currículo alrededor de simulaciones de clase, juego de roles, salidas a terreno, y otras actividades que se asemejen más a las experiencias y a los desafíos de solución de problemas del mundo natural.
b.- El ambiente de laboratorio y de sala de clases: en las salas de clase, donde el profesor domina las decisiones y las actividades curriculares, docentes y evaluativas. Los alumnos tienen que crear su ambiente e interactuar con él. Actividades tales como proyectos de los alumnos, aprendizaje cooperativo, evaluación por portafolio ponen a los alumnos en el centro del proceso educativo.
c.- El ambiente solitario: un ambiente social estimulante entrega el único ambiente apropiado para dominar las habilidades sociales. Las escuelas deben ayudar a los alumnos a adaptarse a las realidades de la cultura, cambiar el ambiente artificial de clase en una respetable aproximación a un ambiente natural.”
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